Grupo de banderas jaimistas de toda la región
Margaritas de Alcalá que bordaron la bandera del Círculo Jaimista
Dña Magdalena Colóm, con D. Manuel Simó y D. Elías Milán.
La manifestación al llegar al Círculo Jaimista de Alacalá de Xivert
Salida de la iglesia parroquial después de la bendición de la bandera
El municipio castellonense de Alcalá de Xivert sobresalió por su fidelidad a la tradición de la monarquía española contra las ideas liberales importadas de
Terminada la última guerra en 1875, el carlismo de Alcalá –como el de toda España- se sumió en un período de latencia sin apenas señales de vida. Sin embargo, tres lustros después renacería con nuevos bríos, especialmente a partir de que el farmacéutico Félix Albert Maurat se hiciera cargo de la jefatura del carlismo local, sustituyendo al anciano y ya poco activo doctor José Vela.
En 1892 se inauguró el casino o círculo social carlista, cuyas actividades sirvieron para vertebrar las simpatías con las que el partido contaba entre
A partir de ese año, en que el carlista Nicolás Calduch accedió a la alcaldía, la nómina de alcaldes carlistas o filocarlistas -entre ellos el propio Felix Albert Maurat- dominaría la vida política local durante las siguientes tres décadas, ocupando de forma casi continua la corporación municipal.
En 1905 accedió al gobierno municipal Francisco Cucala el Roig, hijo del difunto brigadier, que sería a partir de entonces referente principal de los carlistas locales durante largos años, hasta prácticamente la Dictadura de Primo de Rivera. La población apoyaba mayoritariamente las ideas del Tradicionalismo, como prueba que en las elecciones celebradas entre 1900 y 1923 en Alcalá siempre ganaron las candidaturas del partido carlista.
Fue probablemente esta constante adhesión de los gaspatxers al ideario católico-monárquico el que dio lugar a la celebración el primer domingo de septiembre de 1912 de un aplec jaimista -nombre que adoptó el carlismo a raíz de que Don Jaime de Borbón se convirtiera en su Abanderado- que constituyó una multitudinaria demostración de entusiasmo popular por la causa tradicionalista.
Los actos fueron organizados por las tres secciones en que se encuadraban los carlistas de la localidad: el Círculo jaimista, que contaba con más de 100 socios; el Requeté, con 49; y la asociación femenina de las Margaritas, que contaban con 133 afiliadas. La celebración del acto contó con el apoyo del Jefe regional del partido, D. Manuel Simó, que trataba de eliminar la influencia caciquil que el barón de Benicasim, Don Franciso Gener, había tenido hasta entonces en las huestes jaimistas de La Plana y el Maestrazgo.
El periódico jaimista "La Voz de la Tradición", en su número del 6 de septiembre de 1912, publicó una extensa crónica de los actos que se desarrollaron aquél día en Alcalá. Su lectura nos permite tener una idea bastante completa de las circunstancias que rodearon al acto.
El sábado llegaron a Alcalá el Jefe Regional de
El domingo por la mañana llegaron Borja de Llanza y Vicente Carbó, de
A las siete y media de la mañana se formó la manifestación precedida de las banderas de toda
Llegados al templo, celebró
Más de tres mil personas se acercaron a recibir la Comunión, tras la cual el celebrante procedió a la bendición de la nueva bandera del Círculo Jaimista, que fue apadrinada por la esposa del alcalde, Magdalena Colom, y por el Jefe Regional Manuel Simó.
Terminada la bendición de la bandera, ocupó el atril el Rvdo Don José Miliás, de la iglesia de Santa Bárbara de Tarragona, quien hizo un canto a los defensores de los ideales de Dios, la Patria y el Rey legítimo.
Una vez concluido el acto y después de que la muchedumbre abandonara el templo en una manifestación que recorrió las calles del pueblo, se celebró un banquete, bajo la presidencia de los señores Borja de Llanza, presidente de
Después del almuerzo tuvo lugar el mitin político, que se celebró en el patio de Moya. Fernando Albert hizo la presentación de la nutrida lista de oradores, formada por Manuel Bellido, Miguel Alcón, Vicente Carbó, Manuel Mingarro y Pedro Pascual Villamor, cuyas intervenciones posteriores fueron aplaudidas con entusiasmo por la muchedumbre congregada. Cerró el acto Manuel Simó, quien agradeció a los catalanes su asistencia al acto en apoyo de sus correligionarios del Maestrazgo y La Plana, que con este acto daban muestras de su poderoso resurgir. Su alocución terminó con un vibrante párrafo final señalando que la inmortalidad del ideal carlista se debe a que "si la Patria y el Rey son los pedestales del lema Dios, es también Dios el imán que desde el cielo los sostiene y los levanta para que hasta ellos no lleguen las injusticias y apostasías de la tierra".
Una inmensa y estruendosa ovación puso rubrica a las palabras finales del Sr. Simó, que fue largo rato después aclamado por los asistentes.
El aplec de 1912 supuso sin duda una inyección de entusiasmo para los carlistas de Alcalá y para la vitalidad de su Círculo, que continuaría contando con el apoyo de la población durante las décadas siguientes, hasta los días incluso de
La persecución y represión durante los trágicos años de la guerra civil de cuantos se declaraban católicos, y, sobretodo, las posteriores crisis postconciliar en lo religioso y de transustanciación del ideario carlista llevada a cabo por Don Carlos Hugo, en lo político, apagaron en Alcalá lo que había sido una adhesión secular a los ideales de Dios, Patria y Rey.
En nuestros días renace un interés por recuperar esta memoria histórica, inseparable del patrimonio humano del municipio xivertense.
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