ITINERARIO TURISTICO: LA MORELLA CARLISTA
Morella es la referencia por antonomasia del carlismo levantino.
Durante la primera guerra Carlista (1833-1840), Morella fue la primera en proclamar los derechos de Carlos V en los lindes de Aragón y Valencia, y última en rendirse al ejército mandado por el Duque de la Victoria, el general Espartero.
A la muerte de Fernando VII en 1833, el gobernador militar de Morella, unido al barón de Herbés y a realistas llegados de toda la comarca, proclamaron a Carlos V como rey legitimo de España en la Plaza del Mercado (hoy Blasco de Alagón).
Conocida la sublevación, el envío de tropas liberales obligó a los carlistas a abandonar la plaza en diciembre de 1833, siempre con el pensamiento de volver a recuperarla. La ocasión no se presentó hasta 1838, en que un piquete carlista de las fuerzas carlistas del general Cabrera que ponían cerco a la ciudad consiguió escalar los muros del castillo sorprendiendo a la guarnición, y apoderarse de la plaza.
El general Cabrera convirtió la ciudad en capital administrativa y militar de los territorios bajo el control carlista.
La toma de Morella hizo que el gobierno enviara un poderoso ejército para su recuperación, al mando del prestigioso general Marcelino Oráa. Sin embargo, el 18 de agosto de 1838 las fuerzas liberales tuvieron que retirarse tras ocho días de infructuoso sitio, mientras que Cabrera era recompensado por su rey con el título de Conde de Morella por la heroica resistencia ofrecida por la plaza.
En el verano de 1839 el carlismo del levante se quedó sólo. El Convenio de Vergara había acabado con la guerra en el Norte y la totalidad de los efectivos del ejército liberal se dispusieron a arrollar al ejército de Cabrera, que no había aceptado el Convenio. El 18 de mayo de 1840, el formidable ejército mandado por el general Espartero empezó su ofensiva contra Morella, y doce días la ciudad se vio obligada a capitular tras haber sufrido un intenso bombardeo. Los liberales tomaron la ciudad, que fue vandálicamente saqueada. El general D. Baldomero Espartero unió el Ducado de Morella a sus títulos de Príncipe de la Paz y Duque de la Victoria.
Acabada la guerra de los Siete Años, permanecieron ciertos rescoldos humeantes que hacían que la paz en la comarca no acabara de ser nunca completa. En 1843 se estableció en Morella la Guarnición Militar, para salvaguardar la plaza del peligro que representaban las partidas carlistas que operaban por el Maestrazgo y el riesgo de un nuevo levantamiento.
En 1849 Morella se convirtió en capital de la recién creada Comandancia General del Maestrazgo, resultado de la reordenación de la Capitanía General de Valencia.
En la última de las guerras carlistas, en el período 1869-72, fue de nuevo presa codiciada de los partidarios de Don Carlos, que en tres periodos distintos la pusieron cerco con la intención de conquistarla. Sin embargo, en ninguna de las ocasiones pudieron alcanzar el éxito.
Tras la trascendental derrota carlista en Villafranca del Cid, el 7 de julio de 1875 la división del general Martínez Campos entró en Morella procedente de Cantavieja con los 2.000 prisioneros carlistas hechos en la rendición de esta plaza, la última en resistir al empuje final del ejército alfonsino. La última guerra carlista en el Maestrazgo había concluido.
Itinerario para la visita
1-Basílica Arciprestal de Santa María:
Durante el sitio del ejército de Oráa en la primera guerra, fue usada por los carlistas como almacén y como hospital de sangre.
En el período entre 1838 y 1840 fue sede del Vicariato General Castrense del ejército carlista, cuyo titular era D. Francisco López Borricón, obispo exilado de Mondoñedo. Su sepulcro ocupa el arcosolio sobre la puerta de la capilla de la Comunión, en cuya pequeña lápida puede leerse: “Aquí descansan los restos mortales del Ilmo. Señor D. Francisco Borricón, Obispo de Mondoñedo, Vicario General Castrense de los Ejércitos Carlistas. Falleció el 12 de Diciembre de 1838. R.I.P.”
2-Murallas y Portal de San Miguel:
Durante el período de las guerras civiles del XIX se levantó un parapeto aspillerado de 3 a 5 ½ pies de altura en la parte superior de la muralla, y se utilizaron algunos torreones o tambores para la colocación de baterías de artillería.
La Torre Redonda fue rebajada por orden de Cabrera en 1838 para poder instalar sobre ella una batería artillera para la defensa de la plaza, ante el sitio llevado a cabo por el ejército cristino del general Oráa.
En el lienzo de la muralla cercano a la Torre de San Miguel puede aún reconocerse lo que fue la brecha abierta por la artillería liberal con la intención de asaltar la plaza.
3-Museo Temps d´ História: situado en la Torre de la Nevera, contiene una pequeña sala en la que se exponen unos pocos objetos relacionados con la historia carlista de la ciudad, en concreto tres o cuatro documentos, algunos fusiles y proyectiles, grabados de Cabrera y los generales Espartero y Oráa , una reproducción de la bandera negra que Cabrera mandó colocar en lo alto del castillo, y una bonita maqueta de la brecha en la muralla durante el asedio a la ciudad por parte del ejército de Oráa.
4-Antiguo trinquete e iglesia de San Miguel:
En el trinquete -frontón cerrado, de doble pared lateral- de la muralla, se habilitó desde el comienzo de la última guerra un depósito de prisioneros carlistas, para cuya vigilancia se construyó en 1874 una garita en el paso entre las torres de la Nevera y la del Rincón (Torre del Racó).En su día el recinto estuvo cubierto.
5-Teatro Municipal:
En el solar actualmente ocupado por el teatro se encontraba el almacén de Pósito, en el que fueron guardadas las armas de los Voluntarios Realistas en cumplimiento de la Orden que exigía su desarme. Este incidente fue la gota que colmó el vaso del descontento contenido y precipitó los acontecimientos que llevaría a la sublevación de los partidarios del Infante D. Carlos María Isidro de Borbón.
6-Plaza del Mercado:
En este lugar de rancio sabor medieval y popular, al mediodía del 13 de noviembre de 1833 el gobernador militar de Morella D. Carlos Victoria se presentó de uniforme montado sobre su caballo y dio el grito de ¡Viva Carlos V, Rey legítimo de España!, que empezó la Guerra de los Siete Años en el Maestrazgo.
7-Casa Ciurana:
Este bonito edificio gótico, construido entre 1380 y 1405, alojó una armería durante el tiempo en que Morella estuvo bajo el poder de los carlistas.
8-Casa Piquer:
En el siglo XIX la Casa Piquer fue tanto residencia del gobernador de la plaza, como hospital durante el tiempo en que Morella fue capital carlista. A este hospital eran conducidos los enfermos de la guarnición, los de las oficinas establecidas en los pueblos de la comarca, y los inútiles o inválidos.
De la elaboración de medicamentos cuidaba el hábil profesor de Farmacia D. Juan Recuenco, que desde Morella distribuía las medicinas compuestas a todos los hospitales y botiquines de los batallones, excepto el de Chelva, que tenía sus propios boticarios.
9-Puerta y Plaza de los Estudios:
En 1840 el alemán Von Rahden, que servía como ingeniero militar de Cabrera, fortificó la Puerta de los Estudios con un rastrillo y un torreón redondo que cierra un antepecho de muralla aspillerada. En su extremo abrió un foso y colocó un puente levadizo, siendo la única puerta de acceso a Morella en el período en que los carlistas fueron dueños de la plaza. En la noche del 29 de Mayo de 1840 se produjo en este puente levadizo una gran tragedia al morir 141 morellanos durante el ataque del ejército de Espartero.
En el período 1873-75 el Gobernador militar liberal de la plaza llevó a cabo trabajos de reforma, construyendo la garita de centinela que se conserva en la actualidad.
La plaza de los Estudios ha sido testigo de los más importantes acontecimientos acaecidos en la ciudad en tiempos de las guerras carlistas, ya festivos ya luctuosos.
10-Palacio del Marqués de Cruilles:
Fue sede del carlismo local durante muchos años, cuando los viejos carlistas se daban cita en sus salones para discutir los avatares políticos y leer periódicos tradicionalistas editados en la ciudad, como La Fidelidad Morellana, El Morellano, El Católico Morellano, El Defensor etc.
11-Convento de San Francisco:
En el Convento de San Francisco de Morella tenía Cabrera su cuartel general y había instalado un hospital de sangre.
En 1843 el convento de San Francisco fue habilitado como cuartel para albergar a la guarnición de Morella. En tal uso se mantuvo hasta 1909.
En tiempo de la primera guerra carlista, la entrada al castillo era por una pequeña plazoleta situada entre los conventos de San Francisco y de San Agustín, en donde posteriormente se edificó el Gobierno Militar de Morella.
12-El Castillo:
La puerta de acceso a la segunda parte de la fortaleza fue transformada en 1839 por Cabrera, quien mandó inscribir la fecha histórica de 1838, bajo una corona condal, en la dovela central del arco de entrada al segundo tramo de la ciudadela
En el calabozo llamado el Cacho estuvo preso Mosén Francisco Gasulla, director del periódico El Cuartel del Maestrazgo, hasta que fue liberado por Cabrera tras la toma de la plaza por los carlistas.
La entrada de los carlistas al castillo en enero de 1838 se produjo por la zona del castillo conocida como retretes al vent, donde había un retrete volado, junto a la garita de la torre de la Pardala, por el que penetraron tras quitar la tapa.
Un edificio situado entre La Tahona y el palacio del Gobernador albergaba uno de los polvorines del castillo, el que el 28 de Mayo de 1840 fue alcanzado por uno de los proyectiles de la artillería de Espartero, matando a 50 soldados y produciendo el derrumbamiento de una importante zona del castillo, así como tejados y paredes de la población.
En los sótanos de la Torre Zeloquía existía un calabozo conocido por el nombre de El Macho, cerca del lugar donde Cabrera acostumbraba a colgar los cadáveres de los ajusticiados.
En el llamado Pabellón de Oficiales de la parte alta del castillo se dice que estuvo preso el general D. Jaime Ortega antes de ser llevado a Tortosa para ser fusilado por la intentona de San Carlos de la Rápita a favor del Conde de Montemolín (el Carlos VI de la nomenclatura carlista).
Una monumental estatua ecuestre del general Cabrera a caballo, obra del escultor valenciano Jere, quedó instalada en el 2006 -bicentenario del nacimiento del caudillo carlista- en la explanada de acceso al castillo, y resulta objetivo forográfico ineludible para el visitante.
Morella es la referencia por antonomasia del carlismo levantino.
Durante la primera guerra Carlista (1833-1840), Morella fue la primera en proclamar los derechos de Carlos V en los lindes de Aragón y Valencia, y última en rendirse al ejército mandado por el Duque de la Victoria, el general Espartero.
A la muerte de Fernando VII en 1833, el gobernador militar de Morella, unido al barón de Herbés y a realistas llegados de toda la comarca, proclamaron a Carlos V como rey legitimo de España en la Plaza del Mercado (hoy Blasco de Alagón).
Conocida la sublevación, el envío de tropas liberales obligó a los carlistas a abandonar la plaza en diciembre de 1833, siempre con el pensamiento de volver a recuperarla. La ocasión no se presentó hasta 1838, en que un piquete carlista de las fuerzas carlistas del general Cabrera que ponían cerco a la ciudad consiguió escalar los muros del castillo sorprendiendo a la guarnición, y apoderarse de la plaza.
El general Cabrera convirtió la ciudad en capital administrativa y militar de los territorios bajo el control carlista.
La toma de Morella hizo que el gobierno enviara un poderoso ejército para su recuperación, al mando del prestigioso general Marcelino Oráa. Sin embargo, el 18 de agosto de 1838 las fuerzas liberales tuvieron que retirarse tras ocho días de infructuoso sitio, mientras que Cabrera era recompensado por su rey con el título de Conde de Morella por la heroica resistencia ofrecida por la plaza.
En el verano de 1839 el carlismo del levante se quedó sólo. El Convenio de Vergara había acabado con la guerra en el Norte y la totalidad de los efectivos del ejército liberal se dispusieron a arrollar al ejército de Cabrera, que no había aceptado el Convenio. El 18 de mayo de 1840, el formidable ejército mandado por el general Espartero empezó su ofensiva contra Morella, y doce días la ciudad se vio obligada a capitular tras haber sufrido un intenso bombardeo. Los liberales tomaron la ciudad, que fue vandálicamente saqueada. El general D. Baldomero Espartero unió el Ducado de Morella a sus títulos de Príncipe de la Paz y Duque de la Victoria.
Acabada la guerra de los Siete Años, permanecieron ciertos rescoldos humeantes que hacían que la paz en la comarca no acabara de ser nunca completa. En 1843 se estableció en Morella la Guarnición Militar, para salvaguardar la plaza del peligro que representaban las partidas carlistas que operaban por el Maestrazgo y el riesgo de un nuevo levantamiento.
En 1849 Morella se convirtió en capital de la recién creada Comandancia General del Maestrazgo, resultado de la reordenación de la Capitanía General de Valencia.
En la última de las guerras carlistas, en el período 1869-72, fue de nuevo presa codiciada de los partidarios de Don Carlos, que en tres periodos distintos la pusieron cerco con la intención de conquistarla. Sin embargo, en ninguna de las ocasiones pudieron alcanzar el éxito.
Tras la trascendental derrota carlista en Villafranca del Cid, el 7 de julio de 1875 la división del general Martínez Campos entró en Morella procedente de Cantavieja con los 2.000 prisioneros carlistas hechos en la rendición de esta plaza, la última en resistir al empuje final del ejército alfonsino. La última guerra carlista en el Maestrazgo había concluido.
Itinerario para la visita
1-Basílica Arciprestal de Santa María:
Durante el sitio del ejército de Oráa en la primera guerra, fue usada por los carlistas como almacén y como hospital de sangre.
En el período entre 1838 y 1840 fue sede del Vicariato General Castrense del ejército carlista, cuyo titular era D. Francisco López Borricón, obispo exilado de Mondoñedo. Su sepulcro ocupa el arcosolio sobre la puerta de la capilla de la Comunión, en cuya pequeña lápida puede leerse: “Aquí descansan los restos mortales del Ilmo. Señor D. Francisco Borricón, Obispo de Mondoñedo, Vicario General Castrense de los Ejércitos Carlistas. Falleció el 12 de Diciembre de 1838. R.I.P.”
2-Murallas y Portal de San Miguel:
Durante el período de las guerras civiles del XIX se levantó un parapeto aspillerado de 3 a 5 ½ pies de altura en la parte superior de la muralla, y se utilizaron algunos torreones o tambores para la colocación de baterías de artillería.
La Torre Redonda fue rebajada por orden de Cabrera en 1838 para poder instalar sobre ella una batería artillera para la defensa de la plaza, ante el sitio llevado a cabo por el ejército cristino del general Oráa.
En el lienzo de la muralla cercano a la Torre de San Miguel puede aún reconocerse lo que fue la brecha abierta por la artillería liberal con la intención de asaltar la plaza.
3-Museo Temps d´ História: situado en la Torre de la Nevera, contiene una pequeña sala en la que se exponen unos pocos objetos relacionados con la historia carlista de la ciudad, en concreto tres o cuatro documentos, algunos fusiles y proyectiles, grabados de Cabrera y los generales Espartero y Oráa , una reproducción de la bandera negra que Cabrera mandó colocar en lo alto del castillo, y una bonita maqueta de la brecha en la muralla durante el asedio a la ciudad por parte del ejército de Oráa.
4-Antiguo trinquete e iglesia de San Miguel:
En el trinquete -frontón cerrado, de doble pared lateral- de la muralla, se habilitó desde el comienzo de la última guerra un depósito de prisioneros carlistas, para cuya vigilancia se construyó en 1874 una garita en el paso entre las torres de la Nevera y la del Rincón (Torre del Racó).En su día el recinto estuvo cubierto.
5-Teatro Municipal:
En el solar actualmente ocupado por el teatro se encontraba el almacén de Pósito, en el que fueron guardadas las armas de los Voluntarios Realistas en cumplimiento de la Orden que exigía su desarme. Este incidente fue la gota que colmó el vaso del descontento contenido y precipitó los acontecimientos que llevaría a la sublevación de los partidarios del Infante D. Carlos María Isidro de Borbón.
6-Plaza del Mercado:
En este lugar de rancio sabor medieval y popular, al mediodía del 13 de noviembre de 1833 el gobernador militar de Morella D. Carlos Victoria se presentó de uniforme montado sobre su caballo y dio el grito de ¡Viva Carlos V, Rey legítimo de España!, que empezó la Guerra de los Siete Años en el Maestrazgo.
7-Casa Ciurana:
Este bonito edificio gótico, construido entre 1380 y 1405, alojó una armería durante el tiempo en que Morella estuvo bajo el poder de los carlistas.
8-Casa Piquer:
En el siglo XIX la Casa Piquer fue tanto residencia del gobernador de la plaza, como hospital durante el tiempo en que Morella fue capital carlista. A este hospital eran conducidos los enfermos de la guarnición, los de las oficinas establecidas en los pueblos de la comarca, y los inútiles o inválidos.
De la elaboración de medicamentos cuidaba el hábil profesor de Farmacia D. Juan Recuenco, que desde Morella distribuía las medicinas compuestas a todos los hospitales y botiquines de los batallones, excepto el de Chelva, que tenía sus propios boticarios.
9-Puerta y Plaza de los Estudios:
En 1840 el alemán Von Rahden, que servía como ingeniero militar de Cabrera, fortificó la Puerta de los Estudios con un rastrillo y un torreón redondo que cierra un antepecho de muralla aspillerada. En su extremo abrió un foso y colocó un puente levadizo, siendo la única puerta de acceso a Morella en el período en que los carlistas fueron dueños de la plaza. En la noche del 29 de Mayo de 1840 se produjo en este puente levadizo una gran tragedia al morir 141 morellanos durante el ataque del ejército de Espartero.
En el período 1873-75 el Gobernador militar liberal de la plaza llevó a cabo trabajos de reforma, construyendo la garita de centinela que se conserva en la actualidad.
La plaza de los Estudios ha sido testigo de los más importantes acontecimientos acaecidos en la ciudad en tiempos de las guerras carlistas, ya festivos ya luctuosos.
10-Palacio del Marqués de Cruilles:
Fue sede del carlismo local durante muchos años, cuando los viejos carlistas se daban cita en sus salones para discutir los avatares políticos y leer periódicos tradicionalistas editados en la ciudad, como La Fidelidad Morellana, El Morellano, El Católico Morellano, El Defensor etc.
11-Convento de San Francisco:
En el Convento de San Francisco de Morella tenía Cabrera su cuartel general y había instalado un hospital de sangre.
En 1843 el convento de San Francisco fue habilitado como cuartel para albergar a la guarnición de Morella. En tal uso se mantuvo hasta 1909.
En tiempo de la primera guerra carlista, la entrada al castillo era por una pequeña plazoleta situada entre los conventos de San Francisco y de San Agustín, en donde posteriormente se edificó el Gobierno Militar de Morella.
12-El Castillo:
La puerta de acceso a la segunda parte de la fortaleza fue transformada en 1839 por Cabrera, quien mandó inscribir la fecha histórica de 1838, bajo una corona condal, en la dovela central del arco de entrada al segundo tramo de la ciudadela
En el calabozo llamado el Cacho estuvo preso Mosén Francisco Gasulla, director del periódico El Cuartel del Maestrazgo, hasta que fue liberado por Cabrera tras la toma de la plaza por los carlistas.
La entrada de los carlistas al castillo en enero de 1838 se produjo por la zona del castillo conocida como retretes al vent, donde había un retrete volado, junto a la garita de la torre de la Pardala, por el que penetraron tras quitar la tapa.
Un edificio situado entre La Tahona y el palacio del Gobernador albergaba uno de los polvorines del castillo, el que el 28 de Mayo de 1840 fue alcanzado por uno de los proyectiles de la artillería de Espartero, matando a 50 soldados y produciendo el derrumbamiento de una importante zona del castillo, así como tejados y paredes de la población.
En los sótanos de la Torre Zeloquía existía un calabozo conocido por el nombre de El Macho, cerca del lugar donde Cabrera acostumbraba a colgar los cadáveres de los ajusticiados.
En el llamado Pabellón de Oficiales de la parte alta del castillo se dice que estuvo preso el general D. Jaime Ortega antes de ser llevado a Tortosa para ser fusilado por la intentona de San Carlos de la Rápita a favor del Conde de Montemolín (el Carlos VI de la nomenclatura carlista).
Una monumental estatua ecuestre del general Cabrera a caballo, obra del escultor valenciano Jere, quedó instalada en el 2006 -bicentenario del nacimiento del caudillo carlista- en la explanada de acceso al castillo, y resulta objetivo forográfico ineludible para el visitante.
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